¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Creo que nadie podrá afirmarlo categóricamente. Entonces, ¿hay que acabar con todo lo pasado? No, no se trata de eso. Se trata de encontrar el equilibrio y lo que es adecuado para cada tiempo y, si se hace escuchando voces diversas, mucho mejor. También, afortunadamente, han pasado a la historia los tiempos en que no quedaba otra opción más que ser cristianos y católicos, sí o sí lo que no garantizaba más que el número. Actualmente el que quiere ser cristiano lo es y, el que no, no y no pasa nada.

Ahora la fe parece que se ha incorporado al mundo del espectáculo, no sé si como novedad, o porque se va viendo que es rentable. En todo caso, está sirviendo para despertar algunas curiosidades y no hacer de ella en el mundo de la farándula, solo motivo de escarnio y burla. Si de verdad despierta algunas curiosidades, ¿estamos aprovechando la oportunidad que se nos brinda?

El proceso sinodal en el que estamos inmersos, nos invita a la conversión personal y comunitaria y, también, a la conversión pastoral. Sin embargo, en algunas diócesis, parece que esa necesaria conversión pastoral se ha convertido en una pastoral de ‘conservación’ de esas formas antiguas de cristiandad -donde cuanto mayor número de personas, mejor- que creíamos superadas y, además ampliadas.

Porque resulta que, ahora, en algunas diócesis están convirtiendo la pastoral, ya no en una pastoral de apoteosis y grandes convocatorias, sino que se está recuperando la pastoral de eventos. Todo sirve para ¿asegurar? el éxito de la convocatoria: Espectáculos de luz y sonido con cantantes, actores, y la presencia de algún elemento festivo propio del lugar; raperos que llamen la atención de los jóvenes; ágapes antes del encuentro de alguna delegación… Perdón porque la pregunta puede sonar a impertinente, pero ¿cuánto cuesta todo eso a las diócesis, es decir, a todos los que contribuimos al mantenimiento de la Iglesia católica? Recordemos que el Documento Final del Sínodo, en sus números 95-102, nos explica la necesidad de la transparencia, la rendición de cuentas y la evaluación.

Cuando deberíamos estar, todos juntos, inmersos en plena creación de la pastoral de procesos y recuperando la sencillez, la escucha, el diálogo constructivo, resulta que nos encontramos tocando el tambor y el bombo, llevando el ritmo con el pie y, los más afines a estas formas, tocando palmas.

¡Qué pena que, además de no entender en algunos lugares la dinámica y, sobre todo, la importancia de ir asentando la sinodalidad porque, como dijo Francisco: “Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio» (1), a esto se suma que: “Si no se cultiva una praxis eclesial que exprese la sinodalidad promoviendo la implicación real de todos y cada uno, la comunión y la misión corren el peligro de quedarse como términos un poco abstractos” (2) .

Es una lástima el tiempo que se está perdiendo, –tempus fugit-, los recursos económicos y humanos malempleados, las sinergias que se dispersan. Pero ¡qué esperar! Si no hemos aprendido casi nada de la humildad de la Encarnación de Dios, lógico que en algunos lugares la kénosis haya dado paso a la apoteosis y, además, a la pastoral de eventos que dura lo mismo que un castillo de fuegos artificiales que son muy bonitos, pero, en definitiva, solo hay ruido y humo.

La sinodalidad (no) puede esperar, pero, en algunos sitios piensan que, después de todo, ¡quedan 975 años de milenio por delante! Ante este panorama… ¡Manos a la obra todos los que creamos que la sinodalidad merece la pena y, sobre todo, no dejemos para dentro de 975 años lo que podamos hacer hoy!

Cristina Inogés Sanz. Diócesis de Zaragoza


(1) Discurso del papa Francisco con motivo de la Conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos. 17 octubre 2015.

(2) Discurso del papa Francisco en el acto de apertura del Sínodo de la Sinodalidad, sábado 9 de octubre de 2021.


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Una respuesta a “De la kénosis a la apoteosis (o la pastoral de eventos)”

  1. Avatar de Maria
    Maria

    De acuerdo en cómo se intenta captar la atención, con farándula y a lo grande , actuando de cara a la galería con luces y carteles llamativos .
    Bastante “fiesta “ es ya la Navidad y Semana Santa que ya hay muchos/as que no saben ni qué se celebra.
    No se de donde se ha sacado tanto bombo para proclamar un ejemplo de vida tan sencillo .

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