El pasado 7 de julio de 2025, la Secretaría General del Sínodo hizo público un documento para orientar los trabajos de la fase de implementación del Sínodo sobre la sinodalidad. Las indicaciones tienen un doble propósito. Por una parte, buscan ofrecer a las Iglesias locales de todo el mundo un marco de referencia compartido que facilite el caminar juntos. Por otra, promueven el diálogo que conducirá a la Iglesia toda hacia la Asamblea eclesial de octubre de 2028. Se puede encontrar el texto oficial del documento en el siguiente enlace:
Pistas para la fase de implementación del Sínodo 2025-28
Como se puede comprobar tras la lectura, se trata solo de un documento de apoyo en el que se aclaran algunas cuestiones sobre cómo proceder y cuáles son las funciones de los distintos participantes en el proceso. Pero lo más importante es que urge a cada Iglesia local a la puesta en práctica de forma diferenciada, según los contextos, de los principios expuestos en el Documento final del Sínodo de 26 de octubre de 2024, al que expresamente remitimos para su lectura y reflexión.
«La Iglesia es y será sinodal«, nos recordaba hace poco Mons. Luis Marín de San Martín, al mismo tiempo que alertaba contra el riesgo de que la sinodalidad quede en manos de “pequeños grupos muy motivados”. La fase de implementación debe implicar a todo el pueblo de Dios.
