Como modelo de consulta y escucha, propone el Sínodo que se celebren en la Iglesia a todos los niveles (Documento final, nº 107). Una denominación, en principio, a la que no estamos muy acostumbrados en Europa, pero que ha hecho fortuna en América y así, de hecho, se están desarrollando en estos últimos años. En nuestro contexto, lo asambleario tiene siempre algo de sospechoso y mucho de reivindicación popular más allá de los órganos de gobierno y representación. Y, sin embargo, el Sínodo, no solo lanza una propuesta por si a alguien le sirve la idea, sino que pone las asambleas eclesiales como modelo de consulta y escucha, pide que se celebren con cierta regularidad, que no se limite la consulta dentro de la Iglesia católica y, por si fuera poco, indica que su celebración regular será uno de los puntos específicos sobre los que las Iglesias locales tendrán que dar cuenta de los pasos dados (Secretaría general del Sínodo, Pistas para la fase de implementación del Sínodo, 3. 2. Apostar por la concreción de las prácticas).

Por su ubicación en el documento, las asambleas eclesiales son consideradas a todos los efectos como organismos de participación, al mismo nivel que el sínodo diocesano, el consejo presbiteral, el consejo pastoral diocesano, el consejo pastoral parroquial, el consejo diocesano y parroquial para asuntos económicos; organismos todos ellos que tienen como contenido el discernimiento necesario para el anuncio inculturado del Evangelio, los procesos decisionales, la rendición de cuentas y la evaluación (Documento final, nº 103). Las asambleas eclesiales son la plasmación del principio clásico del derecho romano que asumió la Iglesia antigua en su proceder de que «lo que afecta a todos debe ser tratado y aprobado por todos» (Tomar decisiones en la Iglesia con la participación de todos).

En la diócesis de Zaragoza, la celebración del sínodo diocesano 1984-86 supuso la incorporación de esta forma eclesial en distintos momentos del propio proceso participativo. Asambleas parroquiales, de arciprestazgo y de vicaría tuvieron lugar de forma más o menos regular en los siguientes años. Un ejemplo, la asamblea del arciprestazgo del Arrabal en la ciudad de Zaragoza (M.I.D.E) de finales de los 90 en el centro san Valero, en la que se aprobaron los nuevos estatutos del consejo arciprestal con un estricto sistema de exposición razonada por bloques, votación e incorporación de enmiendas. Y, si bien, estas asambleas poco a poco han ido cayendo en desuso, algo ha quedado en nuestra conciencia eclesial colectiva cuando en la síntesis diocesana de mayo de 2022, después de un año de participación de mucha gente con ocasión de la fase diocesana del Sínodo, se expresa con claridad que las asambleas parroquiales también son un buen instrumento de participación (Diócesis de Zaragoza, síntesis diocesana, C.1., 7). Precisamente, al encuentro celebrado en el colegio del Salvador el 13 de mayo de 2022 para asumir como Iglesia local esta síntesis que contó con la asistencia de 550 personas, se le dio el nombre de asamblea sinodal, pues así lo establecía el procedimiento indicado. Asambleas, que son también habituales y regulares en la vida de los movimientos de acción católica y otros. Asamblea eclesial que, por su orientación participativa y de discernimiento, podría haber sido tal si, en el encuentro del 12 de abril de este mismo año de los grupos sinodales con el obispo en la parroquia del Sagrado Corazón, hubiese estado presente el clero …

Asamblea eclesial será finalmente la que celebre la Iglesia universal en Roma en octubre de 2028 como culminación del proceso de implementación del Sínodo de la sinodalidad.

Cuando en estos últimos años se ha hecho una convocatoria general diocesana de comienzo de curso, siempre se ha utilizado la denominación de encuentro o de jornada, nunca asamblea. Juzga por ti mismo, querido lector, si, a la vista del programa presentado para la del 20 de septiembre en el colegio Salesianos del Pilar, se trata de una jornada formativa y de confraternización o de una asamblea eclesial en línea con lo que la Iglesia pide a las Iglesias locales en esta fase recién estrenada de implementación del Sínodo.

Emilio Aznar Delcazo. Diócesis de Zaragoza


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